Ayer tocó un poquito paseo con la piruli que para eso está aquí en Toledo, anduvimos por el centro comercial, no es que seamos unos catetos, es que quería comprar los adornos navideños, que luego cuando quiero poner el árbol todos los años se han agotado, me gasté un pastón, pero un año es un año, que para eso he estado tan malito, además este año mi árbol va a ser la envidia de los árboles.
Luego a comer a recaredo donde se come muy bien a muy buen precio y en un lugar agradable con buenas vistas y ambiente muy distendido, todo un lujo, hacia tiempo que los toledanos nos merecíamos algo así, os lo recomiendo, ya sabéis, en el paseo de recaredo, una terracita muy mona que hay allí, para comer o cenar, cocina muy elaborada y diferente.
Hoy toca subir a Nambroca (estado de la mente) a terminar ya con las celebraciones del cumpleaños de Elena, esta vez con Carol y Mario en la pizzería de la Leo, ya os contaré que tal, a este paso esto se va a convertir en una guía culinaria.
Besos domingueros.
