Vamos a zanjar ya de una vez el viaje a Lisboa con las fotos que he traído de allí, se las quiero dedicar a dos personas con las que de verdad da gusto viajar, nos hemos compenetrado divinamente, casi todo el rato juntos pero también dejándonos algunos ratitos a nuestra bola, hemos paseado, hemos ido de compras y mucho porque hay que ver que barata es esa ciudad, hemos comido en bares Amor (así llamamos a todos los grasibares en honor al de Manuela Malasaña) que por allí son muy comunes, cosa normal teniendo en cuneta que es una civilización muy parecida a la española de los años setenta, fue como una regresión a mi niñez, todo estaba lleno de rincones que me recordaban a ella, en definitiva, lo hemos pasado en grande y con unas ganas locas (por lo menos yo) de repetir viajito, el próximo destino no está todavía claro, a mi me encantaría que fuera Berlín, a ver que dicen mis acompañantes.
El viaje a Lisboa es obligatorio siendo español teniendo en cuenta que está aquí al lado, además es algo que merece la pena siempre teniendo en cuenta que hay que aguantar la rudeza de sus gentes, pero que si los sabes llevar puede llegar a ser hasta divertido.
