Entre escombros, yeso, canaletas y demás, he decidido que hoy era el día perfecto para el reencuentro total y absoluto con la sociedad toledana (tras el coqueteo de Lisboa), y ahí estaban todos, los de siempre, tan borrachos y felices, ha sido un no parar de abrazos, besos y muestras que se veían sinceras de felicidad por mi esperada recuperación, eso es todo un halago viniendo de gente que aprecio tanto.
Entre tanta efusividad cabría destacar varias, pero me quedo con la conversación con nuestra Sarita que se ha declarado asidua lectora de esta blog y por el que ha reconocido saber de mis mejoras progresivas, hecho que le han causado gran satisfacción, tanta como la que he sentido yo al ver que una persona a la que aprecio tanto y, como reconoce ella misma, no tengo oportunidad de disfrutar tanto como me gustaría, problema que tengo intención de solventar, estaba al tanto de mis andanzas. Ha decidido no hacer ella una fiesta este año para poder venir a la mía de fin de año, hecho que provoca en mi una euforia desmesurada al ver que nos vamos a reunir todos en el mismo lugar para celebrar la llegada de un año que debe ser prometedor.
Definitivamente quiero un montón a Sarita y me siento realmente afortunado de contar con ella en la inmensa lista de mis amigos.
Besos