En la foto le vemos junto con mi hermana y Fernando, gallo de sus ojos al que adora, lo tiene en el vivero donde trabaja, un sitio paradisiaco donde está el con sus maderitas y demás, demostrando lo feliz de la vida que es.
En definitiva, un placer indescriptible el estar hasta las tantas viendo cosas del gañan o los testimonios riendo sin parar en muy buena compañía, muchas gracias por todo Roberto, ahora me has hecho venir con unas ganas locas de volver para seguir gozando de días así, la próxima para la fiesta de David.
Besos Robeeristas o Robereros.