Semifinal 1: la crónica social

Es impresionante lo bien organizado que está todo en esta ciudad. No hay que hacer colas de espera para ir al Fornebu Arena ni siquiera para volver de él. Una legión de autobuses espera y todo está dirigido y muy bien señalizado. Incluso para ir al WC no había que esperar. Chapeau para los noruegos.

A las 18,30 horas ya estabamos accediendo al recinto donde se iba a celebrar esta primera semifinal de Eurovisión 2010. Sin colas y sin prisas y todos los voluntarios con la mejor de sus sonrisas.

A la entrada nos esperaba el lema de este año: "Share the moment". Y es cierto que hemos compartido muchas emociones.

A medida que nos acercamos al recinto nos hemos situado en la entrada de los participantes para ver qué se cocía por ahí. Y nada más llegar hemos visto a Soraya, perdón, quiero decir a Milan Sankovic.

Una de las delegaciones que más ha llamado la atención es la albanesa. Además era una de las más numerosas a juzgar por el número de banderas que vimos en el recinto.

Thea Garret, representante maltesa, estaba muy excitada de la emoción y atendía solicita a todas las peticiones. Entró muy contenta al Fornebu Arena.

¡Ay, ama! Algunas coristas no tuvieron ni tiempo de quitar la etiqueta de los zapatos recién estrenados. Desde luego, después dicen que hay accidentes.

Thea no quería entrar y sí disfrutar de esos momentos de gloria. No así lo hizo Vukasin Brajic - justo detrás de ella y a la derecha - quien se mostró esquivo y nada atento para los que tomábamos instantáneas.

Los representantes de Moldavia, en cambio, nos buscaban al entrar y posaban sonrientes delante de nuestras cámaras. Muy muy simpáticos y atentos.

Los rusos desplegaron una operación de marketing sin igual. Cuando me quise dar cuenta tenía entre mis manos una bandera rusa. Peter Nalitch entraba presto al Fornebu sin sospechar cómo iba a acabar la noche para él.

Sólo dije "Go Malta" y en una décima de segundo tenía a todos estos delante mío para que les fotografiara. Después me solicitaron un mini reportaje con una de sus videocámaras y a punto estuve de perderme la entrada de más estrellas.

Le pregunté si era el representante estonio y contestó que sí. No quería adelantar detalles sobre su vestuario.

Menudo revuelo se formó a mi alrededor. Creo que han venido todos los colegios letones a Oslo porque era impresionante el griterio que formaron estos mocosos al grito de "Aisha". Pobretes niños. Para después quedarse decepcionados.


Eurovisión consigue las alianzas más extrañas como la de las aficiones macedonias y rusa.

Más niños. Esta vez son albaneses y más pequeñitos, uo, uo , uo..

Je ne sais quoi ... A Hera no le faltaron apoyos en Oslo. Ni dentro ni fuera del recinto.

Esto es lo primero que ví al entrar en el interior del Fornebu Arena. Lo curioso es que me parecía pequeñito, uo, uo, uo... pero cuando las luces se encendieron me cambió esa impresión por algo más grandioso.

Los griegos que teníamos alrededor nuestro nos regalaron banderas del país y pañuelos promocionales de su tema. Lo cierto es que después todos bailamos levantados del asiento el tema y con los pañuelos ondeando.

Y a nosotros también nos entrevistaron de la emisora de radio de la NRK noruega. Y Karmelo, con la banderita rusa.

Ahora paso a contaros mis impresiones sobre lo acontecido en la gala semifinal.