Carrozas y calabazas o el sueño breve interrumpido

Vale, aviso, esta probablemente sea la entrada mas gay que he hecho, pero es que es como me siento y me apetece compartirlo con vosotros que sabéis que os uso de terapeutas. Resulta que en las últimas dos semanas me he sentido como cenicienta durante el baile, he conocido a mi príncipe que me ha hecho volar en una nube de sentimientos a veces nuevos y otras olvidados, por desgracia las campanadas han sonado y me he tenido que estampar de golpe otra vez con la realidad, supongo que semejante cocktail de sensaciones me ha hecho no saber digerirlos y controlarlos y me he mostrado no se si de un modo completamente diferente al que soy o precisamente mostrando mi verdadera cara, el caso es que durante este tiempo me he olvidado de esa pose de indiferencia que tanto me caracteriza en estos menesteres y me he dejado llevar por semejante torrente de percepciones tan bonitas sin freno y sin ganas de parar y eso no le gusta a nadie, ni al mas azul de los príncipes, así que, por mi mala cabeza vuelvo a estar rodeado de harapos entre la ceniza, lugar que, por otro lado, conozco bien y me muevo como pez en el agua, de aquí a nada volveré a estar con mis teorías acerca de la fatalidad de la pareja y la felicidad de la soltería bien llevada, terreno firme y seguro donde todos me saben apreciar y me reconozco a mi mismo. Dios quiera esta sea la ultima vez que me carroza se vuelve calabaza, pero si la fatalidad quiere que la historia se repita con alguien nuevo, recordarme que eche el freno y me mueva con cautela, vamos, a salir todos ganando.

Por suerte, de esta historia me quedo con lo divertidas y maravillosas que han sido las ultimas dos semanas en las que las cosas no han sucedido de su manera habitual y he gozado con cosas con las que hay personas con las que no saben vivir. Estoy muy agradecido ha este corto golpe de suerte que me ha demostrado que existe gente interesante en la que me hubiera gustado profundizar pero, pese a todo, no he sacado mas que cosas buenas.

Por desgracia mis zapatos de cristal se han roto en la caída así que no va a venir nadie a buscarme, una pena y, pese a saber que voy a estar un pequeño periodo jodido, acabaré cantando aquella de mi amiga Massiel: “brindaremos por ti, brindaremos por el, porque le vaya bien y mañana verás que es mejor olvidar que llorar por amor”, además, tengo una legión de lectores que se que me vais a apoyar a capa y espada para que pase el bache de la mejor de las maneras, os quiero y os agradezco lo fieles que sois con esta pagina.

Me voy a la cama durante 24 horas mínimo, que después del sueño necesito dormir.

Besos felices por el tiempo vivido.