Mi admiración por Kylie ha quedado manifiesta en muchísimas ocasiones en este blog, no me canso de decir que es mi novia, me encanta la música que hace, sus espectáculos son una pasada, me moría por verla en un escenario hasta que lo conseguí el año pasado tras haberme quedado con la entrada en la mano en dos ocasiones, una de ellas lloré por dos cosas, por no verla y por su enfermedad, llevo muy a gala aquello de que en los noventa cuando estaba de capa caída (pero sacando auténticos temazos como “confide in me“) yo seguía ahí al pie del cañón, por eso me alegré el doble cuando su gran resurrección con aquel grandioso “I Just Can’t Get You Ot Oj My Main” (pese a haber sido quemado por las radios como toda gran canción), me he corrido mis primeras grandes parties a ritmo de Locomotion y Lucky, siempre la guardo un lugar (o varios) tanto en mis fiestas como en los discos de las mismas y un montón de cosas mas, vamos que me considero de los grandes Kylistas.
Pero lo que ha hecho la hija de la gran puta no tiene nombre, tu te crees que nos roba a semejante monumento, pero si estaréis de acuerdo conmigo en que ¡queremos que sea comunal!.
Bueno, la verdad es que para que se lo lleve por ahí cualquier golfa mejor está con ella, pese a que al muchacho le pueden acusar de tener le síndrome Rigau, ese que también posee Alfonso Diez.
Besos no se si Kylistas.