Estando en Milán como iba a dejar la oportunidad de pasar por la Sacala, con la suerte de que cuando pasé estaba ensayando una opera por lo que me quedé un ratito viendola y pude disfrutar de la famosa acustica y la magia que las representaciones tienen en ese lugar, creo que hasta alguna furtiva lagrima se me escapó.
Besos amantes de la Opera.