Ayer me pilló Roci por banda y, tras venir a escribir en mi muro, nos fuimos a dar una vueltecita por Toledo para descubrir que está muerto y mas los lunes por la noche que están cerrados el Taormina y el delfín (perdón, ahora es el café del fin), si conseguimos estar hasta las 4 de la mañana es por los contactos de la sevillana en la noche de esta ciudad. Horroroso, como que intentamos hacer una ruta alternativa, tipo Dodici o Explorer y ni por esas, menos mal que para salir de la rutina estuvimos en el O’briens con Emilio y sus cosas.