Ni un equipo marrullero que buscaba mas que el gol la lesión, ni un arbitraje mucho mas que injusto con un juez que olía claramente a tulipán, pudieron con la furia roja. Nuestros jugadores lidiaron una final que a veces se confundía con lucha libre frente a unos holandeses enrabietados que jugando muy suciamente tuvieron que aceptar la superioridad española tras el gol, en los últimos minutos de la prorroga, de un apaleado Iniesta que nos permitió alzar una copa mas que merecida en uno de los momentos mas esperados y deseados por generaciones en este país.
Este mundial nos ha dejado momentazos inolvidables tanto para la historia del futbol como para la historia de España, como el de unos catalanes manifestándose por el estatuto el sábado y celebrando la victoria de España el domingo, una autentica esquizofrenia como dice mi amigo Thomas. Pero políticas y demás a parte, me quedo con la alegría que produce en un país entero un hecho en un principio tan intrascendente pero, que según Diego (y otros) puede llegar a influir positivamente en la economía del estado. A mi, por desgracia, me ha tocado vivirlo ingresado en un hospital, mala suerte (por cierto, hoy al final no me dan el alta, pero eso ya lo comentamos mañana, que es día de futbol), pero lo pienso celebrar por todo lo alto pronto. A petición de Carol, única que se acordó y mandó un mensaje a su amigo ingresado en el momento de la victoria, todo hay que decirlo, tenemos que hacer una “especial Dolce Vita Roja”, iniciativa mucho mas que apoyada por mi, ya lo iremos hablando.
¡¡¡¡VIVA ESPAÑA…..VIVAN LOS JUGADORES DE LA ROJA….Y VIVA EL PULPO PAUL!!!!
Besos victoriosos.