Décimo día como una falsa Traviata


Ya llevo 10 días en el hospital mentido, y, contra todo pronostico, no es que me muera de las ganas por salir de aquí, una vez que me he perdido el Orgullo (con Kylie implícita en el cotarro) y que he asumido que la final de el mundial de futbol jugada por primera vez en la historia por España me la tengo que tragar aquí acompañado por mi pesado compañero de habitación y su cotorra mujer, que necesidad tengo yo de andar fuera de aquí, ¿para que?, ¿para tener que volver a ver a la Greenteeth a diario?, me quedo tan a gusto aquí en el Spa, pero si hasta me dan a elegir comida y cena, esto es un lujo, no me falta de nada, aquí con mi ordenadorcito, además, a mi madre se la ha pasado la fiebre de tener que estar todo el día aquí dando por culo y poniéndome la mierda del Sálvame en la tele (que a veces dudo de que quiera que me recupere).


Todavía si, como en “la dama de las camelias“, me enterara al salir que ha habido alguien todo preocupado por mi enfermedad ya que se muere por mi amor, pero la vida no es como una novela de Alejandro Dumas por desgracia (o por suerte, que si fuera así acabaría muerto de tuberculosis, y no es plan), así que me quedo aquí en el hospital, disfrutando de estos días de descanso en pleno julio (algo impensable en la vida de un horchatero) que me ha regalado la vida.


Esperemos que el Pulpo Paul vuelva a tener razón, que ha dicho que ganará España el mundial.


Besos hospitalizados.