Hola

Hola a tod@s:

Después de unas largas e intensas vacaciones aquí estoy de nuevo con tod@s vosotr@s para compartir una temporada más. No, no me pasa nada. Simplemente estaba cansado y con pocas ganas de volver a la rutina. Eso ocurre cuando se vive un verano como hacía años que no lo pasaba (por lo bien que lo he pasado).

Para esta nueva temporada, he elegido un diseño nuevo que espero os guste y antes de entrar en materia quiero compartir con todos los lectores unas instántaneas de las vacaciones en Grecia.

Como sabéis estuve en la isla de Creta con una pequeña escala que hice en la isla de Mykonos donde me recuperé de una fuerte bronquitis. Ya en Iraklion pude acudir a ver las joyas del arte minoico, como las figuras de la imagen que están en el Museo Arqueológico de la ciudad.

Éste es uno de los frescos originales que revestían el Palacio de Knossos. Ahora está en el Museo Arqueológico de Iraklion.

Mykonos es una isla paradísiaca y con unos colores que evocan la luz, el calor y la alegría. Sin duda alguna, un buen lugar para recuperarse.

Ésta es la estampa más conocida de la isla de Mykonos, la pequeña Venecia. Son casas que se asoman al mar y uno puede estar tomando un cócktel de frutas sentado en un pub y ver como entra una ola por la ventana.

Quizás sea ésta la iglesia más conocida y más blanca de la isla. Ni os imaginais el calor que hacía en ese momento.

Otra imagen con encanto de tantas que uno puede encontrar en la isla de Mykonos.

Esto es lo que podía ver desde mi hotel. Ya que no podía tomar el sol ni salir de la habitación, las vistas, al menos, eran excelentes.

Una bonita puesta de sol que le deja a uno maravillado.

Esta es la iglesia ortodoxa del pueblito de Rodiá, en la bahía de Iraklion (Creta).

Un icono de la Iglesia ortodoxa griega del Monasterio de Sklavokompos.

Curiosa la barba que me creció dentro del monasterio.

Tuvimos la oportunidad de visitar el museo del gran escritor griego Nikos Kazantzakis, en un pueblo enmarcado en la ruta del vino y muy cercano a Iraklion.

Una de mis estancias fue en una villa tradicional cretense llamada Arolithos y muy cercana al pueblo de Tilissos. Un lugar muy tradicional aunque también con muchas fiestas folk, bodas y visitas turísticas.

El sitio arqueológico donde está el palacio de Knossos me decepcionó enormemente por la reconstrucción que dirigió Sir Arthur Evans. Aunque descubrió importantes restos también fue muy polémico en las formas que gestionó ese patrimonio.

También me encontré algún misil perdido por la ciudad pero pude controlar la situación.

Fódele es la localidad donde se supone - no está claro - que nació el pintor greco - español Domenico Theotokópoulos, más conocido como El Greco.

La Iglesia de la Panagía de Fódele, junto al museo de El Greco.

Conducir un coche en Creta es un acto valiente que requiere de mucha templanza. En la imagen, uno de los indicadores en la principal carretera de la isla.

Curioso método de secar a los pulpos en una cuerda de tender la ropa. Es en el pueblo de Kolimbari, en el extremo noroeste de la isla.

El paraíso lo encontré en Falasarna. Allí los colores mostraban su máxima intensidad.

En una de las iglesias de Kastelli - Kissamos tocaba limpieza de lámparas.

En Kissamos (Creta) la mar estaba muy picada, así que no pudimos adentrarnos en el Mediterráneo con el Katerina.

Me llamó la atención encontrar muchas tabernas en el mismo borde del mar. El día no estaba para sentarse ahí o uno corría el riesgo de sufrir un remojón.

Hasta aquí unas instántaneas de mi periplo por tierras helenas. Próximamente daremos comienzo a la nueva temporada eurovisiva.

Un abrazo a tod@s y gracias por leer este blog.