Que perezoso estoy últimamente a la hora de ponerme a escribir en este blog, y eso que han pasado un montón de cosas interesantes que contar, pero, como siempre, lo voy dejando, lo voy dejando y así pasan los días sin que os diga nada, parece que solo me apetece sentarme a hacerlo cuado estoy en Madrid, supongo que esta ciudad me inspira. Vine ayer para despedirme con Antonio de la piscina del lago de la que tanto os he contado últimamente. Estuvimos allí con Teresa (muy bien encaminada en su autoimpuesta tarea de ser positiva) y Laurence, mas tarde se unió a nosotros otro amigo mío al que de momento no conocéis. Mas tarde Actúan y yo cenamos y nos tomamos unas cervecitas en el 51, lugar al que siempre pido que me lleven y el único que es capaz de hacerlo es mi Antonio, del que, por cierto no os he contado el gran éxito que fue su cumpleaños, hubo hasta fuegos artificiales dignos de las fiestas de un p0ueblo para celebrar su llegada a los 50, según el propio homenajeado “seguro que ni Madonna tuvo una fiesta así”, aquella Dolce Vita decorada con globos blancos y cincuentas de todos los colores y formas fue todo un evento que a traído cola, pero eso ya lo iré desgranando poco a poco en este blog, por cierto, parece que otra vez se aproximan nuevos tiempos, ahora por otro lado, pero, como siempre, de momento no os puedo contar nada por si no sale, pero esto parece apuntar a que va a ser del todo una realidad. Muy pronto la solución en vuestras pantallas.
El viernes pasado se casó mi prima Marta, pero de eso en realidad tengo poco que contar, una reunión familiar de lo mas normalita, no paso nada especial que resaltar en este blog, de todos modos la foto que os pongo es del momento mas divertido de la noche tomada por Peperé, mas que nada, porque también uso este blog de diario y me vienen muy bien las fotos para recordar cuando pasaron las cosas.
Ojala empiece con esta entrada una de esas rachas en las que me da por escribir todos los días, que se que a vosotros os gusta casi tanto como a mi.
Besos perezosos.