Días después lo hablaba con Hector, un amigo mío y me decía que la vio cansada, para mi, tan devoto de la cantante aquello me pareció una blasfemia, yo la encontré ágil, simpática, dulce, con esa voz inconfundible, ese espectáculo tan grandioso con esos bailarines que casi se les podría tachar de acróbatas y todo lo que podíamos esperar de la Australiana, pero si hasta se digno a hablarnos en español para pedir perdón por no haber venido antes a nuestro país en su dilatada carrera.
Además fue una excusa perfecta para pasar una tarde-noche genial con Roci, la Piru, Alfredo, Nachito y Marta, con esta ultima acabe a las tantas de la noche en una "fiesta Kylie" que había en la boite.
Dentro de poco vuelve a la capital, espero no perdérmela, ya os contaré.
Besos Kylieadictos.