Hace dos días os contaba que entre horchatas y “dolces vitas” trascurría mi vida, pues dentro de la primera parte, entre horchatas y horchatas, pumba, avería, y de hay las fotos que os muestro hoy, no es una bonita ciudad norteafricana, y es que entre Cristian (primer moro con un nombre tan de Cristo, me tiene alucinado) y estas zanjas, lo que normalmente es mi precioso kiosco, se ha convertido en Chaouen, Tetuán o alguna ciudad marroquí, porque me tendréis que reconocer que nuestro país vecino es precioso y todo eso y me muero por volver pronto, pero como que les cuesta terminar las ciudades, las dejan a medias cual dibujo de Ibáñez en cualquier viñeta de Mortadelo y Filemón.
Bueno, Marruecos o Coven Garden, porque a mi querida Greenteeth le ha dado por llamar a los señores que no conoce “Jefe” cual la mas cockney Eliza Doolittle (para los menos avanzados en cultura de los musicales del west end, es el personaje que inmortalizo injustamente la petarda de Audrey Hepburn que ni canta ni baila ni mereca la pena verla, con lo bien que lo hubiera hecho la grandísima Julie Andrews, actriz que popularizó el personaje en el teatro), vamos, que puede soltar por la voca: “que quiere jefe, una purga de caramares” y quedarse tan ancha. Dantesco.
Besos desde las averías y las obras
Bueno, Marruecos o Coven Garden, porque a mi querida Greenteeth le ha dado por llamar a los señores que no conoce “Jefe” cual la mas cockney Eliza Doolittle (para los menos avanzados en cultura de los musicales del west end, es el personaje que inmortalizo injustamente la petarda de Audrey Hepburn que ni canta ni baila ni mereca la pena verla, con lo bien que lo hubiera hecho la grandísima Julie Andrews, actriz que popularizó el personaje en el teatro), vamos, que puede soltar por la voca: “que quiere jefe, una purga de caramares” y quedarse tan ancha. Dantesco.
Besos desde las averías y las obras