El rescate de Marián

Corría el orgullo del 2003, lo recuerdo perfectamente porque aquel año me empeñé en que iba a estar delgadisimo de la muerte y lo conseguí, tanto una cosa como la otra, el régimen que seguí me dejo en los huesos pero el mismo sábado de la cabalgata creía que me moría de lo malísimo que estaba, supongo que sería la inanición, eso sí, que no se ni como ni por que, pero acabé subido en la carroza del Barrio de Chueca como abanderado allí, monísimo, aclamado por una muchedumbre en la puerta del Sol (todavía se acababa allí porque, pese a los millares de personas que había, éramos 4 gatos comparado con la masificación actual) cual Evita Perón frente a sus descamisados.

Pues esa misma noche, mis amigos, mi tipazo (que me duró una semana), y yo íbamos ya de noche casi tirando a la Madrugada por la calle San Marcos, recuerdo que por aquel entonces todavía se podía andar medio bien por esas calles, y de repente vimos una masa de gente justo donde termina la costanilla de los Capichinos, la que va a Vázquez de Mella, todos gritando alrededor de un coche cosas como “¡¡¡Pero como te metes hasta aquí!!!”, “¡¡¡Tía Inútil!!!”, o algo mas personal y que llamó mas nuestra atención como “¡¡¡Tu programa es una mierda!!!”, esta última frase nos hizo abalanzarnos sobre el coche para descubrir que la que sollozaba dentro era ni mas ni menos que Marían Conde, cantante de éxito famosa por no tener ni una sola canción conocida, y si no, a ver cuantos de vosotros sois capaces de decirme alguna, que las he buscado hasta en el divino Spotify y nada, en aquella época reconvertida en tertuliana del magazine de sobremesa presentado por la gran Terelu Campos, presentadora de éxito famosa por no caerle bien a nadie, “con T de Tarde” (“con P de Petarda” como muy acertadamente lo ha rebautizado Manolito). Pues estaba hay la mujer llora que te llora acompañada por un mozo tan guapo como pánfilo sin saber que hacer ninguno de los dos cuando de repente veo que la puerta del conductor se abrió y oí la voz de Diego que decía: “no te preocupes Marián, que yo te saco de aquí el coche, dejamelo a mi”, el guapo-panfilo se sentó atrás, la diva de la canción inexistente se desplazó hacía el asiento del copiloto y Diego tomo el volante. Ojipláticos estábamos el resto, pero reaccionamos muy bien, Rosa, Juanlu y Miguel muy educadamente y la Zazo no tan educada pero eficazmente, se pusieron a apartar a la gente mientras yo inmoralizaba el momento venga a tirar fotos y Diego marcha atrás sacaba el coche hasta la calle Hortaleza donde se lo devolvió a la agradecidísima propietaria que ya se había bajado y bebía de un Mini de Calimocho que había trincado de unos jóvenes que pasaban por allí, supongo yo que para aliviar el susto. Se montó y se fue tan feliz la mujer, de ese momento es la foto que veis.

Por desgracia, al lunes siguiente no le dijo al desaparecido Tejerina (que lo mismo os cuento donde nos lo encontramos otro día, pero eso ya es mas fuerte y yo se supone que nunca he ido a ese tipo de locales) en su programa aquello de “quiero dar las gracias a un caballero de los que ya no hay que me sacó de un apuro el sábado pasado”, como le hicimos creer durante muchos meses a la Zazo y a Juanlu, pero en el fondo de su corazón sabemos que lo siente.
Aquí os dejo unas fotos para que veáis la escena y lo guapo y delgadito que estuve yo durante una semana.

Besos rescatadores.